As pernas da nai como o mellor atril onde pousar o libro que queremos ler...
Entre as suxestións de lectura para esta semana uns poemas de Paul Auster, e os relatos de Lucia Berlin e Luisa Castro.
As pernas da nai como o mellor atril onde pousar o libro que queremos ler...
Entre as suxestións de lectura para esta semana uns poemas de Paul Auster, e os relatos de Lucia Berlin e Luisa Castro.
ENCONTRO CON ISMAEL RAMOS
A conversa con Ismael flúe sen pausas, ou, mellor dito, sen perdas de tempo. Contra o reloxo.
Queremos falar, desde o entusiasmo, sobre A parte fácil (Xerais, 2023) / La parte fácil (las afueras, 2023), a súa primeira colección de relatos.
Entre as virtudes de A parte fácil, a inequívoca planificación do libro como un todo (personaxes que, sendo secundarios nunha historia, reclaman os focos na que lles corresponde protagonizar), un abano temático que evita as reiteracións, unha consideración do relato como un lenzo renacentista e a execución poemática do texto, que leva a Ismael a dispor cada unha das súas partes de modo milimétrico no conxunto.
Non hai en A parte fácil personaxes planos.
As historias secundarias que, nunha primeira lectura, parecen obeceder a intención do autor de crear un Macguffin, resultan ser, no remate do conto, non un prescindible instrumento de distracción, senón a xema coa que, o Ismael Ramos orfebre, pecha o engarce da xoia, xa sexa unha cazola cun guiso de lebre ou un inesperado corte pelo.
Esa querencia de Ismael Ramos polo detalle explica a complexidade das historias, que obrigan ao lector a reposicionarse cando contempla a escena no seu conxunto. En Unha trampa para coellos un inxenuo lector, na primeira parte do relato, asiste, incrédulo ás diversas reaccións de tres fillos ante o falecemento da súa nai. O que semellaba ser unha sátira sobre o desafecto e a ocultación da morte na sociedad contemporánea, remata sendo unha moi lúcida diagnose sobre os terribles efectos da emigración nas relacións parteno-filiais.
O cactus, o bote de melocotóns en almíbar ou a grabación da boda na que aparecemos levando as arras a nosa madriña, testemuñan unha evidencia: «el futuro es un tigre».
A algúns xa lles ten mordido.
A outros, aos que seguen a preguntar quen apañou a botella de tequila, axiña lles morderá.
E si, xa antes das 21 horas tiñamos admitido que Amy Hempel leva razón: parar de afundirse non significa non seguir baixo a auga.
Francisco Rodríguez Coloma [Texto]
&
Ana Tomé [Fotografías]
Outra maneira de achegarse á realidade...
«Cuando vives aquí, te olvidas de que solo porque has dejado de hundirte no significa que no estés ya bajo el agua», lemos no relato de Amy Hempel.
Esa é a cita que escolleu Ismael Ramos como antesala da súa na primeira obra narrativa.
Na outra suxestión de lectura unha escolla de poemas de Lixeiro (Xerais, Vigo, 2021).
Aproveitar a [breve] tregua que da a chuvia para ler acariñados polas railas do sol.
Entre as suxestións de lectura, un relato de Maggie O'Farrell e uns microrrelatos de Ana María Matute.
Tras este reparador paréntese vacacional, retornamos ás boas prácticas.
Entre as suxestións de lectura, poemas de Israel Ramos, e relatos de Charo Pita, Emilio Gavilanes e Lucia Berlin.
JOSÉ OVEJERO, Vibración, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2024, 368 páginas.
Vibración, con el relato de la desdicha de unos padres que buscan a su hija desaparecida, satisface al lector de novela policial; con las presencias fantasmagóricas y las grietas que vinculan el mundo de los vivos y los muertos, al lector de novela gótica. No obstante, no se conforma con vestir ninguna de esas dos etiquetas, puesto que este artefacto narrativo, con el que nos vuelve a sorprender José Ovejero, alcanza a ser un tratado de geografía humana de todos los habitantes de un espacio, herido en el pasado por todas las agresiones que los hombres han dedicado a esta tierra y, en el tiempo más próximo, una guerra civil (y su aún más terrible posguerra), una central eléctrica —con su consiguiente pantano— y el esqueleto de una central nuclear que nunca entró en servicio. Con todos estos elementos, un localizador de exteriores situaría el hipotético set de rodaje en Valdecaballeros.
Dos son los Schumann que se dejan oír en esta historia. El Concierto para violonchelo, op.129 de Robert Schumann, que acompaña en su dolor a Sara, y la teoría de la Resonancia de Winfried Otto Schumann (1888-1974), imprescindible para comprender el porqué de los latidos de la tierra.
De tantas muestras de la excelencia narrativa de José Ovejero, conviene destacar Cámara lenta (pp. 27-30), un prodigio de narración que ralentiza hasta el extremo el relato, Historia (151-168), que, sirviéndose del «fast forward» condensa, de manera magistral, la Historia mediante el encadenado de multitud de historias de todos los hombres y mujeres que nacieron en este pueblo que sigue venerando a San Miguel Arcángel o Guijarros (pp. 73-87) que comienza con una profética salmodia: «Los ricos solo conocen lo suave; los pobres, lo áspero».
Y si tras acabar de leer la obra, el vacío del final nos devolviera al principio, en el frontispicio, la cita de James Joyce: «él mismo es el espectro de su propio padre».
Somos los hijos quienes pagamos los pecados cometidos por nuestros padres. Este es nuestro eterno retorno.
Francisco Rodríguez Coloma [notas]
&
Alba Alonso [fotografías]
TRES VACAS
Mentres les, concéntrome no tacto da túa chaqueta.
E penso no pelo mollado das vacas cando chove, se ninguén as recolle.
Unha paciencia triste. Mesta.
As vacas, que non dubidan que as virán recadar. Os seus ollos tranquilos.
Debuxo a túa postura, tan parecida á dos paxaros cando secan as ás molladas.
Ese movemento pequeno que avanza e dubida cada vez que os teus ombros se adiantan ao teu corpo. Cada vez que descubro o que protexes e
te atravesa.
Tremes.
Estamos sós e quietos. Escribo sobre ti.
Fóra as vacas confían no amor.
Premio Nacional de Poesía Joven 2022
21 de marzo, Día Mundial da Poesía
&
John Borden Evans
O acto de ler...
Unha actividade que os escritores non abandonarán na súa vida.
Ler é o preámbulo á posibilidade de escribir.
Todas as obras que escribiron José Ovejero ou Ismael Ramos nacen dun maxín que foi alimentado polas vivencias persoais e .... as lecturas previas.
Doutro lado do cristal, ao abrigo da chuvia e o frío...
Nas mans, as historias de Marica Campo ou Vicente Gallego.
Foto de grupo: Mercedes Corbillón
Quisiera ser leucocito y navegar por tus venas
como si fuera un barquito bogando en la mar serena,
y naufragar en la playa de tu corazón de arena.
Exterior día. Plaza de Campo Santi Giovanni e Paolo.
Dos mujeres del brazo. Caminan torpemente sobre el tapiz con el que la nieve oculta el enlosado de callejas y plazas de Venecia.
¿Quién ayuda a quién?
El bolso de la mujer más joven contiene una hermosa libreta con letras doradas en la que se puede leer: Todas las mañanas del mundo.
Podría estar sonando el Tombeau pour Mr de Sainte Colombe de Marin Marais, pero no: son las Variaciones Goldberg de Bach en la versión de Trio d'Iroise.
Si, en una licencia de inverosimilitud, la cámara mostrase cualquiera de sus páginas, el espectador leería fragmentos de un manuscrito lleno frases exultantes, y a la vez dolientes, de una larga carta de amor. Todos sabemos que «todas las cartas de amor son ridículas», también que «sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor» son verdaderamente ridículas.
Hace frío. Las chillidos de las gaviotas dan tono al quejido doliente de la mujer que lamenta la pérdida del júbilo de un amor mayúsculo.
Mercedes Corbillón consigue en esta su primera novela, La belleza debe morir [Espasa, Barcelona, 2023], una perfecta radiografía sentimental sobre la euforia del enamoramiento y el terrible vacío que sucede tras su evanescencia. Para ello, cede la voz a la protagonista, una mujer madura, fotógrafa de profesión, que, implícitamente, reprocha, mediante esa carta dirigida a su ex-amante su falta de compromiso, sin dejar de celebrar lo con él vivido.
Como en la obra de Bach, el tema se repite, ostinato, en cada una de sus variaciones.
Y, aunque «el amor es imposible de contar», las variaciones se suceden, adoptando el formato de secuencias, dispuestas milimétricamente, en un orden que podría parecer intercambiable. Así conoceremos muchas historias, supuestamente secundarias, que componen la historia: el matrimonio derviche de ella, que deriva en divorcio; Leo, la hija que ha elegido vivir con su padre, emparejado con Julia, su nueva y admirable mujer; el matrimonio fallido del amante, que consume a una mujer a la que sólo le queda la libertad de elegir el suavizante con el que lavar las bragas de las sucesivas conquistas consentidas a su marido; el vacío de Alessandro ante la evidencia de que «la mujer de su vida» no es la mujer con la que podrá compartir su vida...; y, sobre todo, el viaje restaurativo de madre e hija: su trasvase mutuo de experiencias.
Y sí, también las historias de Lord Byron, Goethe, George Sand y Alfred de Musset, Verónica Franco, Constance Fenimore Woolson o Proust: leucocitos que recorren los canales de las venas de Venecia.
A beleza debe morrer [Galaxia, Vigo, 2023] resulta ser un magnífico ejercicio de estilo, justificado por la psicología de la protagonista, cultísima lectora, que ve el mundo con los ojos de los que hemos sido envenenados por el arte. Leemos: «El estilo es importante, en los edificios, en la literatura, en la fotografía, en la vida, en la mirada. Más cuando todas las historias ya están contadas y todas las fotos están hechas».
Uno de los inequívocos méritos de Mercedes Corbillón es el mimo con que compone no sólo cada una de las secuencias, sino también cada uno de los párrafos.
Decía Carlos Edmundo de Ory que «La poesía es un vómito de piedras preciosas». Corbillón lo tiene presente y así, como un experto orfebre engarza en su relato citas (perfectamente elegidas, inevitables para el sentido del relato), aforismos o greguerías: «La pasión es un animal carnívoro y de presente», «El amor sin esperanza es como un edificio en llamas».
«Nadie en su sano juicio da la espalda a la belleza». «Nadie en su sano juicio la mira de frente».
Aceptemos el riesgo de leer a Mercedes Corbillón.
Francisco Rodríguez Coloma [texto]
&
Ana Tomé: [fotos]
A viaxe de Rosalía de Larraitz Urruzola.
Sen ánimo de rozar a controversia ou de pecar de heterodoxia...
Nesta semana curta na que esta outra Rosalía exhibe no seu cuarto, xunto co desorden, vocación lectora,
deixamos como suxestións de lectura os relatos de Rosalía Fernández Rial e Laia Jufresa.
Preámbulo de entroido...
A muller que pintou Edward Hooper está a ler (a Biblia?).
O cadro leva o título Habitación de hotel [1931].
A muller que está sentada na sala 45 do Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, aínda que sexa na pantalla do seu móbil, probablemente estea a facer o mesmo: ler o que se di do pintor da soidade.
Entre as suxestións de lectura desta semana, dous textos nos que a literatura dialoga coa arte.