Ler: vivir nos libros para aprender a apurar a vida ante «el olvido que seremos»
Entre as suxestións desta semana, os relatos de Inma López Silva e Mónica Sánchez e un poema de Billy Collins.
Entre as suxestións desta semana, os relatos de Inma López Silva e Mónica Sánchez e un poema de Billy Collins.
Somos o que lemos...
Lemos o que escribimos...
Entre as suxestións desta semana os relatos de Amaia Tomé, Irene Docampo, Andrea Solís, unha antoloxía de microficcións en inglés (na que participaron, con éxito, coa supervisión de Laura Rodríguez Manso, alumnos de 3º ESO) e uns poemas de Sara Parga.
Aguiar ao cuadrado...
Que levou á novela negra a unha magnífica autora de microficcións?
O próximo martes teremos a oportunidade de trasladarlle esta e outras preguntas a Arantza Portabales.
O 17 de maio de 1963 a Real Academia Galega instituiu o Día das Letras Galegas.
60 anos despois a Real Academia Galega homenaxea a Francisco Fernández del Riego, escritor e editor, un dos fundadores da Editorial Galaxia, presidente e renovador da Real Academia Galega e impulsor do Día das Letras Galegas.
Algunhas veces, poucas, coincidimos en sentirmos representados polas palabras ou as accións doutras persoas...
Permita a lectura dos relatos de Manuel Rivas e Julio Llamazares ter presente que non é certo que tanta paixón non servira para nada.
DICEN QUE MURIÓ ARSENIO, PERO NO ESTOY DE ACUERDO
Dicen en los noticieros que ha muerto Arsenio Iglesias. Yo no estoy de acuerdo. Pero él no va a molestar a nadie desmintiéndolo. Creo que le gustaría quedar al margen de este asunto. Y que no le entusiasmaría verse enterrado por una avalancha de necrológicas, obituarios, esquelas, alabanzas y hagiografías. Más que nada porque dificultan la vista.
Andará por la línea del horizonte. Era un habitual en esa posición, la de mirar la línea del horizonte. Allí donde se une lo visible y lo invisible, lo posible y lo imposible, el pasado y el porvenir. Buscaba la soledad para mirar el mar, y en esa hipnosis laboriosa, si algún pelma le importunaba, “¿Qué, Arsenio, mirando el mar?”, él tendría derecho a responder: “¡No, estoy trabajando!”.
Hay quien va al fútbol porque le ayuda a olvidar. El estadio como un lugar donde sacudirse los pesares de la vida, donde gritar contra el mundo y bajar todos los santos del cielo. Y acaso ganar. Ser un vencedor. Pero el fútbol también puede ayudar a recordar. Contra la amnesia, el estadio como un lugar de anamnesis, donde también juega la memoria.
Y esa era la posición de Arsenio Iglesias en el estadio. Como ante la línea del horizonte. Jugar recordando. A veces, la pelota se volvía una pequeña esfera precaria, de trapo, en una infancia bajo la sombra de la guerra. El hambre de balón, en la posguerra. Aprender a caer y levantarse, en los campos de lodo del fútbol modesto. Se recuerda poco al Arsenio como jugador. Se cuenta la historia de su debut en primera división, como delantero del Depor. Un 28 de octubre de 1951, en Barcelona. El equipo gallego va perdiendo seis a cero. Arsenio se revuelve y bate la portería que defiende el gran Ramallets. Lo que se cuenta es que Arsenio recogió el balón y se lo entregó al mítico arquero con una disculpa: “Perdón, señor”. Una leyenda que Arsenio desmentía siempre con vehemencia. Era humilde, pero no un pazguato: “Hacer eso sería como humillarme y humillarlo”.
Espero que no pase a la historia con la fanfarria de entrenador del “Super Depor”. Aborrecía esa denominación. Y no lo disimulaba. Pronunciaba “Super” como si le estallara una castaña en la boca. El fútbol le ayudaba a recordar. Y frente a tanto chillón, el estadio era un lugar donde sentir y pensar. En Irlanda escuché esta malicia sobre un jugador: “No le llegan las ideas a los pies”. Si recordamos tanto a Arsenio, si lo queremos tanto, es por la gesta del piloto que, como en “El corazón de las tinieblas”, representaba “todo aquello en que se puede confiar”. Armó la tripulación de una nave modesta con algunas estrellas y no pocos náufragos veteranos. La simpatía hacia aquel Deportivo liberto y espartaquista tenía que ver con el saber perder y el saber vencer. En el mundo del capitalismo impaciente abundan los vencedores que no saben vencer. O que solo saben vencer.
Arsenio había aprendido esa simetría jugando con la memoria. El saber perder y el saber vencer estaba en el corazón central de aquel equipo. Cuidaba con mimo las palabras. Lo que decía. Y ese esmero, ese respeto, se reflejaba en la forma de jugar. Su estrategia era la saudade del porvenir. Y siempre se dirigía a la gente sin infantilizarla como fanáticos: “¡Cuidado con la fiesta que nos la quitan de los fuciños!”.
Su esposa, maestra, tuvo una librería en A Coruña. Y Arsenio tenía fama de lector. Ha habido, y hay, entrenadores a los que sentaría bien la credencial de “intelectuales”. Empezando por Helenio Herrera, El Mago, que tuvo la sinceridad de titular sus memorias sin eufemismos: Yo. Arsenio mantenía a raya la primera persona de singular. Había días, incluso, en que el “yo” quedaba bajo arresto domiciliario. Sí, era buen lector. Pero a la pregunta de qué libros le habían marcado o conmovido, respondía con el aguijón de la ironía: “A mí lo que me impresionan mucho son las obras completas de Ángel Jove y Rodolfo Lama”. ¿Quiénes eran estos “autores”? Pues dos potentes constructores coruñeses, cuyos carteles de obras imperaban en la ciudad.
Reaccionaba con ironía a la imagen de viejo sabio de rústico que había hecho un milagro en el fútbol mundial. Se reía cuando algún periodista extranjero venía en búsqueda de “filósofo campesino” que las tardes de domingo ejercía de entrenador y revolucionaba el fútbol desafiando el establishment futbolístico. Pero no era tampoco en los grandes poderes en quienes pensaba Arsenio. Si queremos entender que algo especial sucedió en el fútbol en los años 80 y 90 en A Coruña, esa especie de acuerdo emotivo entre generaciones, recomiendo oír, y por Youtube anda, la intervención de Arsenio Iglesias la noche en que, en la última jornada de 1994, y por un penalti fallido, el Deportivo supo perder la Liga.
Saber vencer. Saber perder. Lo que vino a decir: Estar orgullosos de lo que hicimos y de lo que no hicimos.
—Lo que no quiero es que nadie me maldiga.
Y se fue a caminar solitario por la línea del horizonte.
Manuel Rivas, El Diario, 5 de mayo de 2023.
ESPAZO E LUZ
A terceira entrada do dicionario para a palabra “baleiro” refírese precisamente a “Espazo baleiro”, e di: Espazo baleiro, que non está ocupado, especialmente por aquilo que está destinado a conter. A definición indica que un espazo baleiro caracterízase por estar baleiro de algo, é dicir, por unha ausencia.
As fotografías de espazos baleiros non teñen como única característica o feito de que non haxa persoas, figuras ou elementos relevantes, senón que son as eleccións dos fotógrafos as que fan que vexamos un espazo como “baleiro”: o encadre, a distancia e a luz constrúen unha determinada configuración do espazo que fai que sintamos ou non o baleiro. Son precisamente estas eleccións as que tamén fan que as fotografías de espazos baleiros teñan unha gran potencia evocadora e un gran valor fotográfico: hai unha longa tradición fotográfica vinculada aos espazos baleiros: dende os primeiros fotógrafos aos cales a técnica non lles permitía captar as figuras en movemento, ata os fotógrafos contemporáneos que exploraron os “non-lugares” e indagaron no urbanismo, a periferia, as marxes...
Podemos pensar en prazas, rúas, cuartos, estradas, esquinas, parques, espazos rurais, lugares públicos (teatros, estacións, cafeterías...). Poden ser espazos abandonados, desocupados, con pegadas de presenza e ausencia, sen a xente ouy os obxectos que os poboaron habitualmente.
A luz é esencial na fotografía; de feito, a mesma palabra “fotografía” provén da palabra luz: o que a luz debuxa. Pero ás veces, a luz non só está senón que se fai visible. Sexa porque un feixe de luz entra e ocupa o espazo, sexa polo xogo de luces e sombras, sexa porque a súa coloración nunha determinada hora do día tingue dun ton todo o espazo, etc.
Que supón fotografar a luz nos espazos? De xeito especial, poñer atención á incidencia da luz sobre o mesmo espazo e sobre os seus elementos (sombras, horas do día...). Tamén nos axuda a pensar sobre a propia narratividade do espazo: modificouse ao longo do tempo? É un espazo emblemático? É un espazo que se transforma ao longo das horas do día? É un espazo que xa non ten a utilidade que tiña? Quen se pasea, quen o goza, quen o habita?
Pode que no seu momento estivera a ler historias de Amadises...
Esta semana, neste xogo de espellos, poderá escoller entre unha antoloxía de microrrelatos que serven de homenaxe á súa peripecia; e o primeiro capítulo da primeira gran novela moderna, traducido ao galego por Valentín Arias López.
#horadeler
#diadolibro
Comezamos as suxestións de lectura do mes de abril recordando o escrito por T. S. Eliot:
April is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain.
Sabemos que certos homes non esperan a abril para exercer sobre os seus iguais a maior das crueldades.
Diso da testemuña a narrativa de Edurne Portela, que visitará este semana Betanzos.
Nazis en el Bidasoa from morgancrea on Vimeo.
María Josefa Sansberro Etxeberria (Maddi) nació el 22 de septiembre de 1895 en el caserío Berrondo de Ugaldetxo, segunda de los cinco retoños de Lucio y María Lorenza.
En 1900 la familia se mudó a Senpere (Lapurdi) y en 1918 se casó en Azkaine con Nicolas Perul. Se separaron en 1930 y se volvió a casar en 1938 con Pierre Nicolas, natural de Uztaritze, barbero de Sara. Éste era propietario del hotel Sant Ignace y el restaurante Chez Nicolas en el alto de Santinazio —estación del pequeño tren de Larrun—, donde trabajaba Maddi. Nicolas tenía un hijo adoptivo, Lucien, a quien también adoptó Maddi cuando se casó.
Los nazis alemanes llegaron en junio de 1940 a Sara y el pueblo quedó en zona ocupada. El alto de Santinazio está en la frontera con Nafarroa y los soldados se situaron allí, en el hotel de Maddi.
En 1941, María Josefa enviudó y en 1942 envió a su hijo al internado de curas de Uztaritze. Tras ello, en junio, comenzó a participar en la red O R A (Organisation de résistence de l'Armée), organizada por Charles de Gaulle desde Londres. O R A vigilaba los movimientos de los soldados nazis y pasaba la información a los aliados. Sansberro fue agente P2, esto es, era liberada y tenía el cargo de subteniente. Sansberro también participó en más redes de la resistencia: Comete, Nivetle de Bidasoa, Democratie...
Ayudó a pasar la frontera a soldados aliados y a judíos. Realizó estos trabajos hasta junio de 1944, cuando la detuvieron tras el desembarco de los aliados en Normandía.
Tras quedar libre la primera vez que fue detenida, la volvieron a detener tras la denuncia de un vecino de Sara, el 8 de junio en su hotel, junto a su prima Marie Jeanne Etxeberria.
Primero, las llevaron a Villa Pardo (Hendaia), donde los nazis torturaban a los detenidos. Luego, las llevaron a Burdeos y desde allí, a Alemania. El Tren Fantasma tardó 58 días en llegar a Dachau, con 700 presos dentro.
En Dachau, estuvieron dos días dentro de la cámara de gas pero el mecanismo no funcionaba y los nazis no consiguieron arreglarlo. Por ello, las llevaron en tren al norte de Alemania, al campo de concentración de Ravensbruck. Desde allí, la llevaron a Saschsenhausen, a las afueras de Berlín, una gran zona industrial, donde Sansberro fue una de las mujeres presas llevada a realizar trabajos forzados. María Josefa tuvo que trabajar en la empresa Pertrix, haciendo linternas y baterías. «Vivían en muy malas condiciones».
No se sabe exactamente cuándo murió Maddi, aunque la fecha oficial sea el 13 de noviembre de 1944. Fue tal la aportación que hizo a la Resistencia que tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno francés le otorgó el título Mort pour la France; el general Charles de Gaulle le concedió la Medalla Roja al Mérito y el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower la Medalla de la Libertad.
María Josefa Sansberro Echeverría (Maddi), de nombre de casada María Josefa Nicolás (Oiartzun, Gipuzkoa 22 de septiembre de 1895 - Sachsenhausen, Alemania 13 de noviembre de 1944). Comprometida con la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y única mujer nacida en Oiartzun que murió en un campo de concentración nazi.
VIDA
María Josefa tenía una hermana llamada Juana Josefa (Joxepa). Para distinguirlas, emplearon Maddi como nombre familiar. Fue la segunda de cinco hermanos, nacida en el caserío Berrondo del barrio Ugaldetxo de Oiartzun.
Su madre, Lorenza Etxeberria Bereau, originaria de Arantza (Aranaz) [Navarra], nació el 7 de octubre de 1868.
El padre, Lucio Susperregui, carecía de segundo apellido, por haber sido abandonado y recogido (de misericordia, indica su ficha) como expósito en San Sebastián. La familia Sansberro-Arbelaiz, de la finca Txokua, lo adoptó a la edad de ocho años. En el año 1900, la familia se traslada a Semper (Lapurdi) Saint-Pée-sur-Nivelle].
El 30 de julio de 1918 Maddi se casa el 30 de julio de 1918 con Nikolas Perul, carpintero de Zibur [Ciboure] en Ascain [Francia]. Según consta al margen del acta de matrimonio, el 15 de octubre de 1931, a la edad de 36 años, María Josefa Sansberro Echeverría y Nicolás Perul se separaron. Sin embargo, en el registro de Ziburu la fecha es otra: 3 de marzo de 1930. Durante los trece años de matrimonio no tuvieron hijos.
Maddi se casó por segunda vez el 26 de enero de 1938, a la edad de 42 años, con Pierre, alias Louis, Nicolas, 17 años mayor que ella. Pierre nació en Uztaritza y era peluquero de Sara. Era el dueño de la posada en San Ignacio, en la que trabajaba Maddi.
Nicolas tuvo un hijo adoptivo, Cyrin Lucien Nicolas, nacido el 23 de mayo de 1930 y fallecido el 27 de diciembre de 2008 en San Martín de Seignax.
COLABORACIÓN CON LA RESISTENCIA
Los nazis alemanes ocuparon Sara en junio de 1940. El estratégico puerto fronterizo de montaña de San Ignacio motivó que los soldados nazis se apostaran en la posada de Maddi.
Maddi se convierte en la responsable del hotel al morir su marido en 1941. En 1942, tras enviar a su hijo a un internado regido por sacerdotes, empezó a participar en la red ORA (Organisation de résistance de l'Armée) en junio.
Esta red fue organizada por Charles de Gaulle desde Londres. El grupo ORA monitoreaba los movimientos de los soldados nazis y transmitía la información que recibían a los Aliados.
María Josefa Sansberro era agente de la P2, fue liberada y ocupó el cargo de subteniente. Junto con su colega y prima Marie-Jeanne Echeverria, Maddi también estuvo involucrada con más redes de resistencia, incluidas Comète, Nivelle de Bidasoa con Shelburn, Isole, Vaudevire Tartane-Masséna y Democratie. Estas colaboraciones habrían comenzado alrededor de 1940.
Maddi fue una mujer valiente y, sobre todo, una mujer avanzada a su tiempo.
Lideraba su propia organización, que funcionaba bien. Además de otros trabajos, ayudó a soldados aliados y a familias judías a cruzar la frontera. Nunca perdió a nadie en el camino.
El 6 de junio de de 1944 comenzó el desembarco aliado en Normandía. Dos días después, Maddi fue detenida junto a otras 30 personas, incluida su prima Marie-Jeanne Etxeberría.
DEPORTACIÓN A UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN NAZI
Tras su detención, fueron trasladadas a Villa Pardo en Hendaya, donde fueron torturadas por los nazis . De allí, el 10 de junio, fue llevado al Chateau du Hâ en Burdeos, habilitado como cárcel. El 9 de agosto de 1944 fueron subidas al llamado Tren Fantasma en Toulouse y llevadas al campo de concentración de Dachau en Alemania.
Llegaron a Dachau el 28 de agosto de 1944 y allí a Maddi le tatuaron el número de registro de preso 93869.
De los 750 prisioneros que iniciaron el viaje, solo 536 llegaron a Dachau.
María Josefa y Marie-Jeanne fueron llevadas al campo de mujeres de Ravensbrück. Luego fueron enviadas a Neuengammer y finalmente al campo de Oranienburg-Sachsenhausen. Maddi murió allí el 13 de noviembre de 1944.
CONDECORACIONES
Por su contribución a la resistencia, el gobierno francés le otorgó el título de Mort pour la France.
El general Charles de Gaulle le concedió la Medalla Roja al Mérito.
Dwight D. Eisenhower, Medalla de la Libertad del presidente de EE. UU.
Siendo la única vecina de Oiartzún asesinada en un campo de concentración y, con el objetivo de no olvidar la historia, recibió un homenaje en su municipio el 13 de noviembre de 2021.
El 8 de mayo de 2021, para elogiar la participación activa en la resistencia, el pueblo de Sara agregó una mención adicional al War Memorial en el pueblo. Se añadió a su nombre la descripción Resistancee, Sous-Lieutenant FFC-Morte pour la France.
Información recogida de la Wikipedia.
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