mércores, 30 de marzo de 2022

ESTUDIANTES DE BETANZOS Y A CORUÑA ESCRIBEN SOBRE LA SOSTENIBILIDAD

 


ENERGÍA HIDRÁULICA, ¿UNA SOLUCIÓN A LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA?


El mundo y concretamente Europa, se enfrenta a una gran crisis energética. Dependemos de países que en el momento actual están sufriendo un grave conflicto. La invasión rusa a Ucrania ha agravado un problema que ya la pandemia nos había puesto encima de la mesa: los problemas que genera la dependencia económica entre los diferentes países. Hablando en concreto de la energía, el hecho de que Rusia sea uno de los principales suministradores de gas al resto de Europa influye mucho en las decisiones que el resto de países puedan tomar con respecto a esta guerra. Por eso es importante destacar el valor de las energías renovables. Galicia es una de las mayores productoras de estas en España. En 2020, tres cuartas partes de la energía producida procedía de renovables. Esto equivale a 18,56 millones de megavatios.


Galicia cuenta con 180 parques eólicos hábiles y 45 centrales hidráulicas que están presentes en multitud de ayuntamientos, aunque no todos ellos están funcionando las 24 horas del día


El ingeniero químico especialista en energías renovable Carlos Vales explica los aspectos más importantes sobre estas: «Hay varios tipos de energías renovables, y podemos destacar la energía eólica, la solar o fotovoltaica, la mareomotriz y la hidráulica. Las que más abundan en Galicia son la hidráulica, la solar y la eólica. Cada una tiene diferentes ventajas, inconvenientes y costes».




En Galicia, la energía solar produce un equivalente a 1.300-1.400 kilovatios/año. Pueden darse variaciones en los valores entre el día y la noche, entre las estaciones (valores más altos en verano que en invierno) y dependiendo de las diferentes condiciones de la atmósfera, si está nublado o despejado. De día, deben orientarse hacia el sol, de este hacia oeste, y a lo largo del año debe variarse la inclinación: más verticales en invierno y más planas en verano.



En cuanto a los costes, unas placas fotovoltaicas pequeñas, para colocar en una casa particular, cuestan aproximadamente 1200 €/kW. Unas placas fotovoltaicas grandes, para huertos solares, tienen un coste de 800 €/MW aproximadamente.




La energía eólica no es un recurso predecible, ya que no podemos controlar la velocidad del viento. En Galicia, de media, funciona por año de 3.000 a 3.500 horas. Puede ser tanto terrestre como marina. La terrestre (onshore) se sitúa encima de los montes o en los puertos, lugares donde corre la brisa marina. La marina (offshore) la encontramos en medio del mar. Se usan jackets para aguas poco profundas, a menos de 50 metros de profundidad. En aguas muy profundas los molinos tienen que estar a más de un kilómetro de la costa en plataformas triangulares flotantes amarradas con cables al fondo del mar. Los costes de la eólica moderna (de 6 a 8 megavatios por molino) pueden llegar a costar de 700.000 a 800.000 euros por MW. Lógicamente, Galicia es más propicia para la energía eólica que para la fotovoltaica.


La energía hidráulica es la más antigua de Galicia. Se da por el movimiento descendente de agua en ríos y cascadas. El agua de un río se desvía del cauce o desde un embalse y baja por un tubo en posición vertical o inclinado hasta el punto más bajo posible. El agua, en el punto más bajo, por la gravedad, hace mover unas aspas.


Es la energía que menos coste tiene, tanto de instalación como de operación, pero invade el cauce natural de los ríos, por lo que afecta a la naturaleza. Nunca puede usarse más agua y siempre hay que dejar el agua en el río, que es lo que se llama caudal ecológico. La variación de la energía generada depende de si hay un embalse o no, y también depende de la pluviosidad y de la estacionalidad. En Galicia llueve aproximadamente 1.700 mililitros por metro cuadrado de agua al año.


Las centrales hidroeléctricas del Mandeo-Zarzo


Galicia cuenta con 38 grandes centrales hidráulicas y 121 minicentrales. Siete de las grandes centrales se encuentran en la provincia de A Coruña, donde se localizan también 38 minicentrales. Algunas de ellas se concentran alrededor del río Mandeo, como la central minihidráulica A Castellana y la de Salto de Gomil.


En este reportaje hablaremos de la central hidroeléctrica del Mandeo-Zarzo, que visitamos el pasado 15 de febrero. Está situada en Paderne y fue puesta en marcha en 1994. Actualmente está gestionada por Endesa.


Recibe agua de dos ríos: el Mandeo y el Zarzo, el primero algo más caudaloso (17,5 m3/s) que el segundo (2 m3/s). Se trata de una central de tipo fluyente, es decir, que no puede almacenar grandes cantidades de agua en la balsa. La central produce una energía renovable de unos 62 GW/h. Ángel Arias Travieso, encargado de Endesa para el Noroeste, afirma que esta energía «sería suficiente para abastecer a cerca de 30 000 viviendas al año».


El agua cae desde la balsa hacia las turbinas con la máxima inclinación posible


El proceso para generar energía comienza con el descenso del agua desde una laguna artificial, denominada balsa, desde la cual el agua cae por unos canales hasta llegar a la central. Estos canales, los cuales miden 7,5 y 2 kilómetros, tienen una capacidad de 16.000 a 20.000 litros por segundo. Una vez en la central, el agua se mete en la turbina de forma controlada.


Existe una válvula principal que le aporta seguridad a la central y que controla el paso del agua. Esta válvula no controla el caudal, pero sirve para cerrar y abrir por si hay algún problema en la central. Si se da la situación de que surja una avería, hay un protocolo que consiste en cerrar dicha válvula, y así el agua no transcurre por esta.


Con respecto al personal que trabaja en la central, se clasifica en distintas disciplinas: el de organización, el relativo a la seguridad y salud laboral y el del departamento de medio ambiente, generalmente en la rama técnica. Según el técnico, allí trabajan 6 personas, pero las mismas llevan además otras 4 centrales de la zona y durante la mañana nos encontramos a dos de ellas trabajando.


Cuenta con una sala de control en la que distintas pantallas permiten ver el funcionamiento de esta y los distintos problemas que pueden ocurrir. Esta sala está conectada con otra de Ponferrada en la que pueden ver exactamente lo mismo y desde donde pueden controlar su funcionamiento (y el de otras 30 centrales) durante las 24 horas del día.



El anillo de exprimidor permite pasar el agua a la turbina que a su vez permite modificar la cantidad de agua que se transporta, haciendo que un eje comience a girar y mueva el alternador, el cual genera electricidad hacia el exterior.


Cuando se cambia el caudal del río por un paro puntual o cualquier otro motivo, «una alarma comienza a sonar para avisar a las personas que se encuentren por la zona para que tengan en cuenta la variación de caudal», explica Ángel Arias, quien ordenó detener las máquinas y para comprobar el sistema de alertas.


Haciendo referencia a la seguridad, Arias Travieso afirma que la central «no supone ningún riesgo para el medio ambiente, ya que se establecen diferentes tipos de medidas, como la regulación del caudal mínimo o el control de vertidos al río». También cuenta con un plan de emergencia que está aprobado por la Administración en caso de que haya alguna incidencia.


Comenta el técnico de la central que en 2019 hubo un cambio de compañía y con él una modernización de la central en 2021 para que no hubiera tantas incidencias. Concluye: «Las energías eólicas e hidráulicas son energías verdes. Eso significa que son renovables y que no contaminan. Los dos tipos son equiparables».


Elvira Castro Otero (Lengua Castellana)

María del Pilar Vázquez Febrero (Matemáticas)

David del Río Entonado (Lengua Castellana)


IES Francisco Aguiar [Betanzos]

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