***
Laura Suárez presenta en esta su opera prima cuatro historias: La Santa Compaña, El Aire, El Demonio y El Vidoiro. Estos relatos independientes están precedidos de una historia pórtico (cuatro páginas en las que prevalece la mirada limpia de los ojos de una niña amedrentada), que indaga en el origen atávico del pánico; y un epílogo (seis páginas) en el que la niña señala la única herramienta con la que poder defenderse de los miedos: no unas tijeras ni una horquilla, sino el reparador abrazo de su abuela Lola.
Los guiones permiten fluir a cada uno de
los relatos en páginas completas de las que se ha apoderado una única
viñeta muda (con perspectivas bellamente contrapicadas), junto a
escenas más narrativas en las que los monólogos o los escasos diálogos
consienten que el lector pose, con delectación, sus ojos en los
múltiples detalles.
La querencia por el primer plano de Laura Suárez (manos afiladas, ojos ojerosos...), traslada el miedo de los personajes al lector, que bien pronto recuerda al niño que fue, paseando por los senderos de pavor de su infancia: ese tiempo en el que nos rodea la inmensidad de todo lo desconocido, que poco a poco se presenta en la inevitable (y difícilmente asumible) consciencia de nuestra mortalidad.
La querencia por el primer plano de Laura Suárez (manos afiladas, ojos ojerosos...), traslada el miedo de los personajes al lector, que bien pronto recuerda al niño que fue, paseando por los senderos de pavor de su infancia: ese tiempo en el que nos rodea la inmensidad de todo lo desconocido, que poco a poco se presenta en la inevitable (y difícilmente asumible) consciencia de nuestra mortalidad.
Ningún comentario:
Publicar un comentario