Nesta semana que comeza queremos ter moi presente o olor da tinta sobre as pranchas das que obter xilo/seri/lito/calco-grafías. Tamén libros.
Sexa este, aínda que torpe, un pequeno grao na merecida homenaxe a Jesús Núñez, bastante máis que alma mater do Centro Internacional de la Estampa Contemporánea.
Ese mesmo olor a tinta acompañou a outros impresores (posteriores a estes pioneiros da Imprenta Villuendas) que compuxeron os textos do premio Nobel 2023, Jon Fosse e Sandra Cisneros.
BETANZOS LE DEBE MUCHO
Jesús Núñez Fernández nació en Betanzos el 6 de noviembre de 1927. Se inició en las técnicas del grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid y, más tarde (1952), en la Escuela Nacional de Artes Gráficas. Llegó con una beca a la Escuela de Bellas Artes de Berlín (1953) y allí, en el cotidiano contacto con las ruinas de la guerra, se fue gestando su estilo artístico: formas sólidas semidestruidas gritan al cielo dialogando con brumas oníricas que, unas veces, presagian el ocaso y otras, el renacer. Su estilo y su técnica evolucionaron mucho, pero este impacto de la posguerra mundial le perseguiría hasta el último día.
Fue ante todo un gran experimentador, tanto en la estampación sobre papel como en el diseño textil, en tapices, en escenografías teatrales, en grandes murales públicos, en joyería o en monumentales esculturas metálicas, de las cuales tenemos una preciosa muestra en Betanzos al lado del río Mandeo (2011).
El arte para él era la búsqueda permanente, la vida, y transmitir ese sentimiento, especialmente a sus alumnos, se convirtió en su misión. Porque no solo nos deja el CIEC funcionando y su maravilloso museo, sino que quedan desperdigadas por el mundo un sinnúmero de obras suyas y, sobre todo, artistas que continúan sus enseñanzas, su legado más espiritual.
Sería demasiado largo relacionar ahora sus incontables exposiciones y sus premios. Antológica fue la realizada en el Kiosco Alfonso de A Coruña («60 años de creación») en el 2010 y su «Suite Salmanticense» en el betanceiro Edificio Archivo en el 2015, año en el que el ayuntamiento le nombró Hijo Predilecto de Betanzos, al tiempo que puso su nombre a esa Sala de Exposiciones. Y recibió con mucho cariño, en el propio CIEC (2021), el nombramiento de académico de honor de la Real Academia Galega de Belas Artes.
Betanzos le debe mucho. No solo porque convirtió la ciudad en una capital mundial del grabado en sus múltiples técnicas, sino porque el constante trasiego de artistas por sus calles elevó su economía.
Participé en varios cursos de grabado desde los primeros años, antes y después de que el CIEC se instalase en su actual sede. Fui testigo directo de su generosidad como maestro, al transmitir sin problema esos trucos técnicos del oficio que hacen que una obra se eleve. Y en mis 38 años de director del Anuario Brigantino tuve el honor de publicar con absoluta constancia una síntesis anual de sus actividades artísticas. De hecho, mi contacto con él empezó en 1981 cuando publiqué en el Anuario Brigantino una Semblanza del artista Jesús Núñez, a la que le acompañé un retrato a tinta china.
Hay un detalle suyo hacia mí que nunca olvidaré. En cierta ocasión propuse a la alcaldía de Betanzos un proyecto artístico para cubrir el muro blanco de la Porta da Vila. No tenía seguro que se fuese a realizar, como de hecho no se realizó, pero, para mi sorpresa, quien estaba más entusiasmado con el proyecto era Jesús Núñez. Él podía aspirar a realizar una de sus obras en aquel lugar emblemático, me apoyaba con entusiasmo, sin yo pedírselo y sin que me debiese nada. Son esos detalles de grandeza que lo dicen todo de una persona.
En el invierno de su vida, llevaba tiempo preocupado por el futuro de su gran creación, el Centro Internacional de Estampa Contemporánea, en la preciosa casa posmodernista que había sido de su familia, la popular Casa Núñez. Su intención era legar todo su patrimonio a Betanzos. Lo tuvo siempre muy claro y más en sus últimos años, cuando su dificultad para moverse y su vista borrosa se hicieron patentes. Inició entonces los trámites para llevar a cabo este objetivo, pero, al ver que se dilataban, hombre previsor, lo hizo a través de su testamento, según me informan amigos muy cercanos.
No me cabe ninguna duda que el Ayuntamiento de Betanzos estará a la altura y de que el Centro Internacional de Estampa Contemporánea seguirá iluminando el mundo del arte. Ese será el mejor homenaje que se le puede hacer a este gran hombre, este gran artista y esta persona buena y generosa que por encima de todo amó a Betanzos.
Alfredo Erias es historiador y dirigió el Museo das Mariñas de Betanzos.
Alfredo Erias, La Voz de Galicia, 8 de outubro de 2023.
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