xoves, 30 de novembro de 2017

¿QUÉ LE PASA A UMA?, Raquel Díaz Reguera

RAQUEL DÍAZ REGUERA, ¿Qué le pasa a Uma?, Nubeocho, Madrid, 2017, 34 páxinas.

[AI DIA que]

Un álbum ilustrado para atender ao acoso escolar.


mércores, 29 de novembro de 2017

UN LUNS CON LUNS DE ELI RÍOS


Non podía haber mellor día para falar con Eli Rios sobre Luns que onte, luns 27, dous días despois do 25 de novembro.
Unha das palabras máis repetidas por Nerea é cancro. Pero Luns non é unha historia sobre unha enfermidade física, senón sobre unha noxenta enfermidade social: a violencia sexista do patriarcado que anula, aniquila ás mulleres.
Eli falou, con certo optimismo, sobre o que convén facer: tecer unha rede de afectos que axude a quen o precisa; non deixar de traballar pola igualdade e non consentir que os contos de fadas, os vellos e os novos contos de fadas, cosifiquen á muller.
A nós tócanos loitar para que ningunha nai acepte, con resignación, transmitir o legado. Haberá que rachar co pasado: romper todos os símbolos do patriarcado e impedir legar unha mochila a todas as fillas de todas as Nereas.
Ningunha outra herdanza distinta á liberdade!!!



martes, 28 de novembro de 2017

GRAVEDAD Y ONDAS

   El premio Nobel de Física 2017 ha recaído en tres físicos: una mitad del galardón para Rainer Weiss y la otra mitad para Barry C. Barish y Kip S. Thorne, por sus estudios en el detector LIGO y la observación de las ondas gravitacionales. Si queremos entender la importancia de sus investigaciones debemos analizar dos conceptos físicos de gran importancia: las ondas y la gravedad.

ONDAS


   Los físicos nos dicen que una onda es la transmisión de una vibración a través de una medio material. Así, si dejamos caer una piedra en la superficie del agua, veremos que se producen unas ondulaciones que se transmiten a través de la superficie. Son las moléculas de agua que vibran, lo que da lugar a que esa vibración se desplace por la superficie. Cuando se produce un sonido, vibra el objeto que lo produce, y esa vibración se transmite a las partículas del aire, afectando a las sucesivas partículas adyacentes y transmitiéndose así dicha vibración. Este tipo de ondas se denominan ondas materiales. Necesitan un medio material (agua, aire, etc) para su transmisión. Se caracterizan por la velocidad con la que se transmiten y la frecuencia con la que vibran las partículas.

Imagen de la transmisión de la vibración del agua en forma de onda

   J.C Maxwell, a mediados del siglo XIX, construyó una teoría en la que unificaba dos fenómenos físicos bien conocidos: la electricidad y el magnetismo. Como resultado de sus ecuaciones, descubrió que el campo electromagnético podía desplazarse por el vacío en forma de onda electromagnética. La velocidad de propagación de dicha onda se correspondía con la velocidad de la luz: 3000.000 km/s. Esto fue determinante para entender la naturaleza de la luz: era una onda electromagnética del tipo estudiado por Maxwell. Hoy conocemos todas la ondas del espectro electromagnético: ondas de radio, microondas, infrarrojo, luz visible, ultravioleta, rayos X y rayos gamma. La luz no es más que una pequeña parte del espectro electromagnético. Y, a diferencia de las ondas materiales, las ondas electromagnéticas no necesitan ningún medio para desplazarse.

GRAVEDAD


   En el siglo XVII, I. Newton estableció el concepto de gravedad. Pensando sobre las razones que provocan la caída de los cuerpos sobre la Tierra y que impiden a la Luna alejarse de la Tierra y mantener su movimiento alrededor de ésta, llegó a la conclusión de que ambos movimientos tienen un mismo origen: la fuerza gravitatoria. Mediante su Ley de Gravitación Universal, echó por tierra las antiguas ideas de que los movimiento de los cuerpos celestes seguían leyes diferentes que las de los cuerpos terrestres. La fuerza gravitatoria es la responsable de todos los movimientos de todos los objetos de nuestro Universo.


   A principios del siglo XX, A. Einstein dio un giro muy importante al concepto de gravedad. De su teoría general de la Relatividad, se deduce que el espacio y el tiempo que conforman nuestro Universo no son absolutos e independientes.  Se entrelazan formado un tejido espacio-temporal curvo de cuatro dimensiones: tres para el espacio y una cuarta dimensión para el tiempo. La gravedad es la responsable de curvar dicho espacio-tiempo, de forma que el movimiento de los objetos no se debes  la acción de una fuerza, tal como explicaba Newton, sino a que dichos objetos siguen el camino natural determinado por la curvatura de dicho espacio-tiempo.

Deformación gravitatoria del tejido espacio-temporal 

ONDAS GRAVITATORIAS

   Einstein predijo que un proceso gravitatorio lo suficientemente intenso como la colisión de dos agujeros negros podía provocar un perturbación en el tejido espacio-temporal que se transmitiese como una onda, similar a como se transmite una onda por la superficie del agua. De esta forma se originaría una onda gravitatoria. El 11 de febrero de 2016, las colaboraciones entre los observatorios LIGO, Virgo y GEO600, anunciaron la primera detección de ondas gravitatorias, producidas por la fusión de dos agujeros negros situados a una distancia aproximada de la Tierra de 1300 millones de años luz.


Ondas gravitatorias originadas por la colisión de dos agujeros negros


   El estudio de las ondas gravitatorias tiene un gran potencial para los físicos. Hasta ahora, la fuente principal de información sobre el Universo eran las ondas electromagnéticas. Las ondas gravitatorias abren una nueva ventana para el estudio de los fenómenos que ocurren en nuestro Universo. La gran precisión de los instrumentos de medida con los que trabajas los astrofísicos y la colaboración entre los diferentes observatorios, permitirá «escuchar» los ecos de aquellos procesos capaces de originar alteraciones en el tejido espacio-temporal que conforma nuestro Universo.

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luns, 27 de novembro de 2017

HORA DE LER

HORA DE LER

9ª SEMANA [3ª SESIÓN]

Momentos de meditación.
O sabor acre e doce da mazá alonxa a mirada do outono e leva o maxín ao tempo da felicidade.
Tras esta curta pausa melancólica, volver á lectura: os relatos de Antón Riveiro Coello ou Emilia Pardo Bazán.  

Ilustración: Francine Van Hove

martes, 21 de novembro de 2017

SON MULLER, Máis boas cas patacas



 
Son muller, un canto de alento feminista, é o tema co que as mozas de MBCP (Máis boas cas patacas) se alzaron coa segunda edición do Quero Cantar. O grupo fórmano Lúa, Valeria e Ruth (vocalistas), Ana (guitarra), Sara (baixo), Cristina (piano) e Candela (batería), estudantes do IES Cacheiras de Santiago.

luns, 20 de novembro de 2017

HORA DE LER

HORA DE LER


8ª SEMANA [2ª SESIÓN]


Nesta semana, na que os corredores do noso centro estarán ocupados pola cor negra, mesmo a ilustración, coa que convidamos  semanalmente a ler, ben podería ser o cadro de Kasimir Malevich.
Con todo, eleximos as cores vivas da ilustración de Malota (Mar Hernández) incluida na novela de Carmen G. de la Cueva, Mamá, quiero ser feminista (Lumen, 2017).  


Vivan las Mujeres from catalina estrada on Vimeo.

venres, 17 de novembro de 2017

MAMÁ, QUIERO SER FEMINISTA, Carmen G. de la Cueva

CARMEN G. DE LA CUEVA, Mamá, quiero ser feminista, Lumen, Barcelona, 2017, 2010 páxinas. Ilustración de Malota.

[NC CUE mam]
EL MOMENTO DECISIVO

   Nunca olvidaré el día en que me regalaron un pequeño libro que me acompañará siempre: Mujercitas, de Louisa May Alcott. Era una primera edición rústica con ilustraciones publicada el mismo año de mi nacimiento, 1986. Yo tendría unos seis años cuando mi madre me lo trajo y todavía lo conservo lleno de marcas de lápiz vagamente borradas por el tiempo. La historia parecía bien sencilla: la vida de cuatro hermanas en un pueblecito muy parecido al mío. Pero encontrarme con Jo, la segunda de las hermanas March, fue todo un descubrimiento. Entonces era hija única y todas las mujeres que tenía cerca eran mucho mayores que yo.
   A medida que iba conociendo a Jo, sentía que era parte de mi familia, una más, una versión de mi yo futuro más rebelde, y que no se sometía tanto al juicio del resto de las mujeres de su entorno. Lo que más llamó mi atención fue que Jo quisiera ser escritora. Yo quería ser escritora pero por entonces solo sabía leer. A mi corta edad, había intentado fallidamente la escritura de algunos poemitas o cuentos, siempre en mi mente, casi nunca llevaba aquellos intentos al papel. De pronto Jo entró cual torbellino en mi cabeza y, como si de una hermana mayor se tratase, comencé a imitarla en todo. Y cuando digo en todo, quiero decir que, en mi cabecita infantil, quise entregarme a la escritura en cuerpo y alma; como ella, quise escribir algunas obritas de teatro para interpretarlas con mis amigas y, sobre todo, quise vestirme de escritora. Parecía lo más sensato. Tomar prestado un delantal del cajón de la cocina de mi casa, uno especialmente bonito, a cuadritos blancos y rojos, y un gorro de lana acabado en una borla que en invierno no soportaba, pero que aquellos días me proporcionaba la seguridad que necesitaba para sentarme a escribir. O, al menos, jugar a hacerlo.
   No recuerdo que saliera nada de aquellas tardes en las que me quedaba quieta durante horas en una silla frente a un cuaderno de dos rayas y con Mujercitas lo más cerca posible de mi mano por si la inspiración de Jo para contar historias se me contagiaba. Entonces pensé que quizá no era suficiente con el traje de escritora, que tenía que dar un paso más, un paso definitivo en mi carrera: cortarme la melena. Había leído que Jo, en un acto heroico por ayudar a su madre, vendió sus preciosas trenzas. Y aunque la noche que le cortaron el pelo lloró desconsoladamente porque lo extrañaba, creo que desde ese momento fue mucho más ella misma. Estaba más cerca de lo que siempre quiso: salir a vivir aventuras y no quedarse nunca más en la casa tejiendo como una vieja; hacer las cosas que hacían los chicos.
   Una mañana de sábado bien temprano, justo antes de que mi madre se despertara, me levanté de la cama y encaminé mis pasos hacia la peinadora de mi habitación. Me situé frente al espejo y saqué las tijeras de un cajón. Ni poniéndome de puntillas conseguía verme de cuerpo entero. Había llegado el momento decisivo de entregarme de lleno a mi oficio. Me vi allí, en pijama, con las tijeras de plástico en la mano a punto de dar el paso. Y no pude. Corté poco más que un par de mechones y los escondí dentro del libro. Pensé que algún día tendría el valor de mi hermana Jo para cortarme la melena. Sin embargo, tendrían que pasar veinte años para verme así, con el pelo como un chico, como siempre me había imaginado desde que conocí a Jo.

xoves, 16 de novembro de 2017

LAS CHICAS SON GUERRERAS, Irene Cívico & Sergio Parra

IRENE CÍVICO & SERGIO PARRA, Las chicas son guerreras, Montena, Barcelona, 2016, 242 páxinas.

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«Para las chicas guerreas, el único límite es el cielo». Irene Cívico y Sergio Parra escriben e Nuria Aparicio ilustra estas semblanzas de 26 mulleres modelo tamén para os homes.
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NANCY WAKE
Fecha de nacimiento
30 de agosto de 1912 (Wellington, Nueva Zelanda)
Su mayor logro
Ser la pieza más va1iosa de la Resistencia para acabar con el régimen nazi.
Su lema
«La libertad es lo único por lo que vale la pena vivir porque, sin libertad, la vida no tiene sentido.»
Cópiale
No importa el peligro si la causa es justa.

   No es de extrañar que Nancy Wake haya pasado a la historia corno la persona más temida por los nazis, ya que desde muy jovencita Nancy se caracterizó por ser valiente, decidida y no tener miedo a nada. Con tan solo 16 años se fugó de casa y viajó hasta Nueva York, donde se convirtió en periodista de forma autodidacta porque ¿qué mejor que vivir las noticias en primera persona? Su trabajo la llevó hasta París, donde ejerció como corresponsal de la Hearst Corporation, que todavía hoy es una de las corporaciones de periodismo más importantes. Su trabajo en Hearst fue lo que le permitió entrevistar a Hitler en 1933 y lo que vio la horrorizó tanto que se prometió a sí misma que haría lo que estuviera en sus manos para detener esa locura. Y vaya silo hizo.
  Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y el ejército nazi alemán empezó a invadir Francia, Nancy y Henri, el millonario francés con el que se había casado, en lugar de huir como hacían todos los que tenían dinero para hacerlo, decidieron quedarse y unirse a la Resistencia para contener a los nazis.
  Como nadie sospechaba de la esposa bonica de un señor ricachón, Nancy se convirtió en la mensajera oficial de la Resistencia, llevando mensajes y comida de contrabando a los grupos resistentes del sur de Francia. Ayudada por una vieja ambulancia, disfrazada de enfermera, empezó a trasladar a gente a escondidas hasta España. Enseguida destacó frente a los demás miembros de la Resistencia por su extraordinaria capacidad para evitar ser atrapada: siempre que los nazis creían haberla localizado, ella ya se había esfumado. Para ellos era desesperante; para la Resistencia, su mayor activo.
  Era tan escurridiza y lista que los nazis empezaron a llamarla el «Ratón Blanco» y pronto se convirtió en uno de sus objetivos prioritarios. De hecho, los nazis estaban tan cabreados por que Nancy se les escapara siempre de las manos, que pusieron precio a su cabeza. Ofrecían 5 millones de francos a cualquiera que la atrapara, una cifra enorme que la convirtió en la persona más buscada de la Segunda Guerra Mundial.
  Era tan buena haciendo su trabajo que incluso cuando la detuvieron fue por error: Nancy fue detenida al ser confundida con otra chica de la Resistencia que había hecho explotar una bomba. A pesar de que la torturaron durante 4 días, Nancy jamás soltó información a los nazis y, como si de una película se tratara, un compañero consiguió liberarla diciendo que esa chica no era más que su amante. Es inexplicable cómo pudo colar esa trola; quizá su carisma y naturalidad al enfrentarse a situaciones complicadas surtieron el efecto deseado, y como ella solía decir: «Basta con un poco de maquillaje y una copa en la mano». Sus compañeros de batallas decían que era la chica más femenina del mundo, pero que en cuanto empezaba la batalla, Nancy era más dura que 5 marineros juntos.
  Su coraje era tan rotundo que, tras unirse a la Dirección de Operaciones Especiales en Inglaterra, la lanzaron en paracaídas sobre Francia para que actuara como persona de contacto entre Londres y los maquis en Francia. Se dedicó a mover armamento, sabotear las comunicaciones nazis y reclutar nuevos miembros para los grupos de maquis de la Resistencia (¡se las ingenió para montar un despliegue paramilitar de 7.500 personas! (¡Todo un ejército!). En una ocasión, llegó a recorrer 500 kilómetros en bicicleta durante 71 horas, ¡sin parar! cruzando varios puntos de control alemanes sin ser descubierta, para entregar unos códigos secretos a los aliados. De todas las hazañas increíbles que Nancy protagonizó durante la guerra, ella siempre pensó que ese maratón en bici que se pegó fue su aportación más valiosa a la causa.
  Pero no fue esa su aportación más valiosa, sino la cantidad de vidas que llegó a salvar. Desde abril de 1944 hasta la liberación total de Francia, sus hombres se enfrentaron a los alemanes en una lucha sin cuartel en la que murieron más de 1.400 nazis, mientras que Nancy solo perdió a 100 hombres. Ella misma mató a más de uno con sus propias manos, porque Nancy no tenía miedo a la muerte. Estaba demasiado ocupada salvando el mundo. 
  Por supuesto, nuestro ratón blanco sobrevivió a la guerra y se convirtió en la mujer más condecorada de la Segunda Guerra Mundial. Pero a Nancy no le podían importar menos los reconocimientos, así que se vendió todas las medallas y pasó los últimos años de su vida viviendo del dinero que le habían dado por ellas. Cuando le preguntaron por qué se había vendido esos reconocimientos tan importantes, Nancy les dijo que mejor sacar algo de las medallas en vida, porque, como de todos modos iba a ir al infierno, allí se hubiesen fundido con el calor.

mércores, 15 de novembro de 2017

TERRAZA, Fran Alonso

FRAN ALONSO, Terraza, Xerais. Vigo, 2017, 78 páxinas.

[PG ALO ter]


Cinco adolescentes sentadas
nunha mesa moven os dedos
sobre os móbiles
coma se movesen os fíos
das súas vidas.
Se cadra, a vida e para elas
unha tecla que se pulsa
cun tempo
de permanencia, que
rescinde -aínda que
lles pareza indefinido-,
mentres os gatos desta rúa
lles lamben as mans, infatigables.
Con cada dedo pulsan en voz alta
esa alegría inconsciente,
tan contaxiosa,
daqueles que están a espertar
a unha vida
que os atorda.
A adolescencia debe ser,
en realidade,
unha mensaxe equivocada e
sen destinatario
do futuro que está por vir.
E nunca o porvir foi tan incerto
coma cando pulsas ás cegas
unha tecla tras outra, sen que
a idade che permita
atender demasiado ás teclas
que pulsas.
Apenas falan. Só comentan
as contestacións
do WhatsApp ou un fío parvo
das redes sociais que as fai rir.
Será por iso polo que,
no fondo,
me dan envexa.
Como molaría agora renovar
a vida pulsando algunhas
desas teclas sen destino!

martes, 14 de novembro de 2017

BECHOS E DEMAIS PARENTES, Gerald Durrell

GERALD DURRELL, Bechos e demais parentes, Sushi, Vigo, 2016, 262 páxinas.

[NUG DUR bec]

Fora un inverno duro, e mesmo cando se supoñía que a primavera ía tomar a remuda...

luns, 13 de novembro de 2017

HORA DE LER


HORA DE LER


7ª SEMANA [1ª SESIÓN] 



Levitando... 
Como a rapaza da ilustración de Pablo Gallo. 
Moi probablemente así queden os lectores dos contos de Anxos Sumai e Carolina Vegas.

xoves, 9 de novembro de 2017

LA MUJER QUE MIRA A LOS HOMBRES QUE MIRAN A LAS MUJERES, Siri Hustvedt

SIRI HUSTVEDT, La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, Seix Barral, Barcelona, 2017, 446 páxinas.

[305 HUS muj]


   La escritura de Hustvedt está atravesada por la reflexión acerca de la recepción artística, de la actividad literaria y de la autoconciencia; se adentra en el territorio del tiempo, la memoria, la imaginación y el lenguaje; el cuerpo es el locus del yo, pero también un espacio ético y estético desde el que se accede a lo otro. Desde ese lugar, la autora imbrica humanismo y ciencia, y acierta: destaca como divulgadora científica espectacular y emocionante. Describe el suicidio como un drama relacional insoportable, como la reacción desesperada de un yo incapaz de resolver sus problemas de apego y reconocimiento: el hombre anónimo, Virginia Woolf o Pavese mueren por y para el otro, en un último acto comunicativo radical y terrible. 

Begoña Méndez, El Cultural,  5 de maio de 2017.

mércores, 8 de novembro de 2017

¿QUÉ LE PASA A NICOLÁS?, Juana Cortés Amunarriz & Raquel Díaz Reguera

JUANA CORTÉS AMUNARRIZ & RAQUEL DÍAZ REGUERA, ¿Qué le pasa a Nicolás?, Nubeocho, Málaga, 2017, 84 páxinas.

[AI COR que]

Un libro ilustrado para reflexionar sobre o acoso na escola.




martes, 7 de novembro de 2017

DEL HECHO AL DICHO, Gregorio Doval


GREGORIO DOVAL, Del hecho al dicho, Ediciones del Prado, Madrid, 1995, 424 páginas.

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Doval recolle arredor de dúas mil quinientas frases feitas, ditos, modismos, locucións, frases célebres e expresiones proverbiais.  
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LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO

Frase  proverbial  con  que  se  expresa  que  es  conveniente  u  obligado  llamar  a  las cosas por su nombre y no utilizar subterfugios, circunloquios o eufemismos, consejo muy en  la  línea  del conocido  refrán Al pan, pan; y al vino, vino. Pero ¿de qué proviene  concretamente  el  dicho? Veamos.  Cuando  el  monje  español  fray  Aguilar envió las primeras muestras de cacao a su congregación del Monasterio de Piedra y sus colegas cistercienses y de la rama reformada de la Trapa lo dieron a conocer en toda España, el nuevo producto no gustó, sobre todo por su sabor amargo y acre, lo que limitó su uso al terreno estrictamente medicinal, utilizándose como tonificante. Pero cuando, por una de esas casualidades que producen los grandes avances de la humanidad —y este del chocolate, sin duda, lo es—, a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió añadir azúcar al preparado original de cacao que tomaban los indígenas  americanos,  entonces,  ese  nuevo  producto, el  chocolate,  causó  furor,  ya de  modo  irreversible,  primero  en  España  y  después  en  toda Europa.  En  aquellos primeros  tiempos  “chocolateros”,  mientras  la  Iglesia  debatía  si  esta  nueva bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo consumidor —como siempre, más cercano a la realidad—,  debatió  largamente  sobre  cuál  era  la  mejor  manera  de  tomarlo: espeso o claro. Para unos, el chocolate se había de tomar muy puro de cacao, y por tanto  preferían  el  chocolate  espeso o socomusco; los otros, se decantaban por consumirlo claro, con poco cacao. Poco a poco, los primeros fueron imponiendo su criterio; de hecho, en Europa se llamó chocolate a la española al espeso y desleído en agua, y a la francesa, al claro y diluido en leche. Conseguido el triunfo definitivo por los partidarios del chocolate espeso e impuesto su consumo generalizado, surgió y se popularizó la frase que aquí se comenta.

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COMO PEDRO POR SU CASA

Con entera libertad o llaneza, sin miramiento alguno. Dícese cuando alguien entra o se mete de este modo en alguna parte, sin título o razón para ello. Esta  frase  comparativa  parece  derivar  de  la  expresión  más  antigua Entrarse  como Pedro  por  Huesca,  que  hace  alusión  a  la  toma  de  esta  ciudad  por  el  rey  aragonés Pedro I (h 1068-1104) en 1094. No obstante, el origen de la frase bien podría ser mucho más sencillo y Pedro podría ser solamente un nombre muy corriente elegido casi al azar para significar la irrelevancia del protagonista de este comportamiento.

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DECÍAMOS AYER

Frase ya proverbial con la que se da a entender que no tiene importancia el tiempo transcurrido entre dos hechos o acontecimientos que ha de ser entendido como una leve interrupción. Se trata de una famosa frase pronunciada por Fray Luis de León (1527-1591) al comenzar su lección en su cátedra salmantina después de los cuatro años  de  encierro  que  sufrió  en  los  calabozos  de  la  Inquisición de  Valladolid,  por haber traducido El Cantar de los Cantares directamente del hebreo sin pasar por la Vulgata  y  sin  autorización  de  sus  superiores.  El  hecho  ocurrió  el  26  de  enero  de 1577, cuando  Fray  Luis  de  León  se  hacía  cargo  de  la  cátedra  de  Escritura  que  le había  concedido el  claustro  de  la  Universidad  de  Salamanca,  al  rechazar  él  la  que anteriormente había ocupado. La primera mención escrita de la frase es tardía, pues se halla en la obra Monasticum augustinianum (Munich, 1623), de Nicolás Crusenio, aunque  se  considera  que  debió  pervivir  en  la  memoria oral  hasta  entonces.  No obstante, hay dudas sobre la veracidad de la anécdota o al menos sobre la exactitud de  la  frase,  habiendo  quien  opina  que  lo  que  realmente  dijo  no  fue: «Dicebamus hesterna die», “Decíamos ayer”, sino «Dicebamus externa die», es decir, “Decíamos tiempo atrás”. casi al azar para significar la irrelevancia del protagonista de este comportamiento.

luns, 6 de novembro de 2017

HORA DE LER

HORA DE LER

6ª SEMANA [6ª SESIÓN] 

A lectura sempre esixe unha interpretación... e moitísimas veces concede un agasallo.

Neste conto de fadas xaponés o no relato de Jordi Sierra (precedido duns fermosos versos de Antonio García Teijeiro) o lector pode atopar unha aprendizaxe que incorporar ao seu proceder. Por iso, tantas veces o lector resulta gratamente sorprendido, tantas veces admirado como o lector perplexo que ten debuxado Stasys Eidrigevicius.

venres, 3 de novembro de 2017

CHOMOLANGMA, Raquel Vázquez

RAQUEL VÁZQUEZ, Chomolangma, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2017, 216 páxinas.

[NC VAZ cho]

O bibliotecario sempre sinte ledicia cando rexistra un novo título. 
Neste caso a ledicia multiplícase exponencialmente porque esta novela distópica está adicada pola súa autora aos lectores da Biblioteca Sebastián Buedo Jiménez, e, por enriba de todo iso, porque Raquel Vázquez será sempre alumna do Aguiar. 

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 Progreso. El mejor mundo posible. Tecnología. Democracia de las pantallas. Publicidad hecha a medida. Opciones de negocio inagotables, a través de la identidad, del cuerpo, del nombre. La realidad a tamaño bolsillo. Cualquiera llega a rico, sólo hace falta un mínimo de voluntad e inteligencia. Toda la información del mundo en la mano al instante. La abundancia es para quien la busca. El mundo es líquido pero nosotros nos movemos más rápido. La miseria se elige, nunca ha habido tantas oportunidades. Nos toca elevarnos como el helio. La lluvia no cae dentro de los aerocoches. Nuestra ambición es la de ser réplicas del viento,  flexibles como un gas.
   Alienación. El mito del fin de la historia como grillete. Violencia. Ilusión de libertad dentro de un píxel. La dignidad a medida de una tarjeta de crédito. Todo es mercancía, todos somos mercancía. El horizonte del mundo es un vertedero tubular en alta resolución. El tablero para tantas vidas, sus piezas intercambiables, insignificantes, ya marcadas. La información se deglute, el conocimiento nunca llega. Sistema sicario que señala como culpables a las víctimas. Nada es sólido, todo tiende a perderse. El capital pesa las oportunidades en gramos que se esnifan o inyectan. Muerte sintetizada en cadenas de montaje. La lluvia es un puñal en la esperanza. Ni siquiera nos dejan volvernos un recuerdo.





xoves, 2 de novembro de 2017

HISTORIA DEL ARTE. RELATOS PARA NIÑOS, Michael Bird

MICHAEL BIRD, Historia del arte. Relatos para niños, Blume, Barcelona, 2016, 336 páginas.

[AI BIR his]

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«Esta historia comeza nunha cova, situada en Alemania, fai 40.000 años, e remata a carón dunha farola en Beijing, en 2014». En Parte de la magia (pp. 8-9) Bird reivindica a necesidade do extrañamento que suscita a arte no espectador como un estímulo para desexar seguir dialogando co artista coa finalidade de atoparse a sí mismos.
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LA NOCHE ESTRELLADA DE VINCENT

   La enfermera golpea suavemente la puerta y dice: 
  —Hora de ira dormir, señor Van Gogh.
  —Un momento —contesta él—. Estoy terminando una carta para mi hermano. —Y se escuchan las pisadas de la enfermera, que se aleja.
  En otra habitación, uno de los pacientes grita y golpea la puerta. El sanatorio mental puede llegar a ser un lugar con mucho ruido, y Vincent van Gogh necesita paz. ¡Paz! Al menos tiene sus pinturas para ocuparse. Y tanto los médicos como las enfermeras son amables. Le animan a que pinte. Van Gogh tiene la sensación de que la pintura es una de las cosas que le ayudarán a mantener la cordura.
  Suelta su pluma. ¡Tiene tanto sueño! Hoy se ha despertado antes del amanecer. Salió de la cama y se dirigió hacia la ventana. Allí estaba el ciprés con su enorme sombra, la luna bien alta y el cielo repleto de estrellas. El viento soplaba de las montañas. El ciprés se doblaba a causa del viento, se volvía a enderezar, y volvía a doblarse, como si estuviera vivo. En el cielo flotaban pequeñas nubecillas. ¿Qué le impedía llegar hasta las estrellas? Mientras miraba hacia arriba, Van Gogh se sentía más cerca de las estrellas que de los tablones de madera de su dormitorio. Se sentía más cerca del pasado que del presente. Y abajo... ¿estaba ahí la pequeña iglesia de su vieja casa de los Países Bajos? No, imposible. Estaba en Francia. Esto es hoy y ahora. Las estrellas daban vueltas en su cabeza, como si fueran pensamientos.
  —¡Vaya caos he hecho de mi vida! —afirma Van Gogh—. Tengo 36 años, vivo en un sanatorio mental y pinto obras que no quiere nadie. Un lío detrás de otro.
  Su primer empleo consistió en trabajar para un marchante de arte, hasta que lo despidieron. A continuación se convirtió en predicador y donó todas sus pertenencias a los pobres. Volvió a ser despedido. Finalmente, hace solo unos cuantos años, se le ocurrió que estaba destinado a ser ¡un artista!
  Le preocupaba saber si algún día llegaría a ser un buen pintor. Tenía que aprender tantas cosas. Sin embargo, el mejor lugar para aprender era, sin lugar a dudas, París. ¡Debía ir allí! Para empezar, Van Gogh había pintado en tonos marrones, grises y verde oscuro, como si nunca brillara el sol y nadie se sintiera feliz. En París se dio cuenta de que no podía continuar por ese camino. Los vivos colores impresionistas alegraron su espíritu. Y Seurat: a Van Gogh le encantaban sus pinturas. Los colores provocan sentimientos, de modo que, si ordenaba los colores de un modo determinado, podría causar ciertos sentimientos en las personas: alegría, tranquilidad, esperanza... Estudió con cuidado el método de Seurat.
  La emoción de París le resultaba apabullante: conocer artistas, descubrir nuevos tipos de arte, trabajar duro, pasar el rato en las cafeterías. Van Gogh soñaba con el éxito, pero cuando se miraba al espejo, se encontraba con el reflejo de un artista desaliñado y pobre. París no estaba funcionando. Debía continuar su camino.
  Van Gogh se sentía fascinado con los grabados japoneses que había visto en las tiendas y las galerías. Los artistas japoneses como Hokusai mostraban escenas cotidianas en tonos vivos y profundos. Si pudiera viajar a Japón! Pero no tenía dinero para hacerlo. El siguiente mejor lugar para ir, decidió Van Gogh, era el sur de Francia. Así pues, en febrero de 1888 tomó el tren hacia Arlés.
  Primavera. Verano. En la vieja población de Arlés florecían los huertos de cerezos. Van Gogh dibujaba y pintaba todo el día, en el campo.
  Trabajaba con rapidez, no con pequeños toques de color como Seurat, sino de un modo mucho más impulsivo. Era así como se sentía ante los campos de girasoles, con sus largos y fuertes tallos y sus cabezas florales de un ardiente tono amarillo. Sin paciencia, pero ¡increíblemente emocionado! Cuando uno se hallaba frente a frente con un girasol, la intensidad de su amarillo era... ¡Ah! No había palabras para ello, pero él intentaría pintarlo.
  En ocasiones Van Gogh echaba de menos la compañía de otros pintores. Invitó a Paul Gauguin, otro artista pobre que había conocido en París, para que se reuniera con él en Arlés. Así pues, arregló su sencilla habitación colgando de las paredes sus pinturas de girasoles para recibir a Gauguin con una fanfarria de amarillos. ¿Y entonces? Ambos artistas trabajarían codo con codo, motivándose mutuamente.
  Las cosas funcionaron bien durante un tiempo. Pero Gauguin era un hombre difícil y orgulloso, no el amigo ideal para Van Gogh. Empezaron a entrar en amargas discusiones. Una noche de invierno, tras una pelea especialmente violenta, Van Gogh estaba tan enfadado que se cortó parte de una oreja. «¡Voy a salir de aquí!», pensó Gauguin. Y recogió sus cosas.
  Solo de nuevo, Van Gogh tuvo miedo de lo que podría ocurrir. Para estar seguro, solicitó la admisión en un sanatorio mental. Sí, sería lo mejor. Los médicos le echarían un ojo...
  Van Gogh se siente demasiado cansado como para acabar de escribir la carta. Intentaba describir el modo en que se sentía esta mañana, bajo las estrellas. Pero las palabras no son capaces de describirlo. No. Mañana lo pintará. Pintará la noche estrellada.