mércores, 10 de abril de 2019

SERENDIPIA, Royston M. Roberts

ROYSTON M. ROBERTS, Serendipia, Alianza Editorial, Madrid, 2018 (2013), 448 páginas.

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Subtitulado Descubrimientos accidentales de la ciencia, fue publicado por primera vez en Alianza en el año 1992. En la Introducción leemos: «La palabra serendipia (serendipity) fue acuñada por Horace Walpole en [...] 1754». El libro lo componen amenos artículos que relatan las historias de estos inesperados y fecundos descubrimientos.
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LAS MOSTAZAS NITROGENADAS Y LA QUIMIOTERAPIA DEL CÁNCER

    Fue la exposición de las tropas al gas mostaza durante la Segunda Guerra Mundial lo que marcó un punto decisivo en la aproximación a la quimioterapia del cáncer. El gas mostaza es realmente un líquido. Los combatientes nunca lo utilizaron intencionadamente en la Segunda Guerra Mundial, aunque ambos bandos lo mantuvieron cerca de los frentes de guerra en previsión de que el otro lado lo utilizaba primero. Era llamado «gas» porque, si fuese usado, sería dispersado por casquetes explosivos, los cuales lo vaporizarían y propagarían por el entorno circundante, incluidos los humanos.
   Un barco aliado que llevaba gas mostaza fue bombardeado en un puerto italiano, y una vez que el agente venenoso se esparció por el agua, algunos soldados cayeron al agua. Cuando fueron rescatados, tuvieron que ser tratados debido a los efectos del gas mostaza. Muchos de estos pacientes desarrollaron un discrasia sanguínea manifestada por una peligrosa reducción de los glóbulos blancos de la sangre. Debido a que una disminución de la cantidad de globulos blancos indicaría una mejora en el caso de algunas leucemias en las que los leucocitos son sobreproducidos en la neoplasia de la médula ósea, el gas mostaza fue consiguientemente probado en pacientes leucémicos. La alta toxicidad del agente era prohibitiva, pero debido a la similitud en la estructura molecular de las «mostazas nitrogenadas» con las mostazas de azufre lo probaron contra las leucemias. Una mostaza nitrogenada es un compuesto similar al gas mostaza (de azufre) más común, pero en la mostaza nitrogenada un átomo de nitrógeno ocupa el lugar del átomo de azufre en la molécula de la mostaza de azufre.
   Muchas variantes de las mostazas nitrogenadas y de azufre fueron preparadas como potenciales gases de guerra. Tras el bombardeo que dio lugar al envenenamiento accidental de los soldados aliados, varios cientos de mostazas nitrogenadas análogas y otros compuestos estructuralmente relacionados fueron probados como agentes anticancerígenos. Aunque ninguno curó ningún tipo de cáncer humano, los efectos de retardo del tumor dieron la esperanza de que a la larga se podrían encontrar compuestos curativos.

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