venres, 27 de outubro de 2017

VINIERON COMO GOLONDRINAS...

Luns 30 de outubro
19 horas
Libraría Biblos

Reunión do Club de Lectura Biblos / Aguiar

WILLIAM MAXWELL, Vinieron como golondrinas, 1937.



COOLE PARK, 1929

Medito sobre el vuelo de una golondrina,
sobre una anciana y su vieja mansión,
un plátano y un tilo perdidos en la noche
aunque brillante sea esa nube al oeste,
grandes obras alzadas allí, contra natura,
para sabios y bardos que vendrán tras nosotros,
pensamientos tejidos en un pensar ya único,
un esplendor cual danza que engendró aquellos muros.

Allí fue Douglas Hyde, antes de forjar en prosa
aquella noble espada que le dieron las Musas,
allí uno que ostentaba una pose viril
a pesar de ser tímido, allí un hombre pausado
y pensativo, John Synge, pero también aquellos
hombres apasionados, Shawe-Taylor y Hugh Lane,
hallaron el orgullo basado en la humildad,
un escenario idóneo y mejor compañía.

Igual que golondrinas, vinieron y se fueron;
y aun así el poderoso genio de una mujer
podía retener a una golondrina;
y allí media docena habla en formación,
en órbita se diría de un punto cardinal,
que hallaron certidumbre en el aire de ensueño,
la intelectual dulzura de los versos aquellos
que cruzaban el tiempo o bien lo remontaban.

Erudito, poeta, ocupad vuestro puesto
aquí cuando no queden corredores ni estancias,
y ondeen las ortigas sobre una masa informe
y arraiguen arbolillos entre la piedra rota;
dedicad —con los ojos humillados a tierra,
de espaldas al destello del sol en las alturas
y a todo el atractivo sensual de la sombra—
un instante en recuerdo al laurel de sus sienes.

William Buttler Yeats
&
Giacomo Balla
 Traducción: Antonio Rivero Taravillo

COOLE PARK, 1929

I meditate upon a swallow's flight,
Upon a aged woman and her house,
A sycamore and lime-tree lost in night
Although that western cloud is luminous,
Great works constructed there in nature's spite
For scholars and for poets after us,
Thoughts long knitted into a single thought,
A dance-like glory that those walls begot.

There Hyde before he had beaten into prose
That noble blade the Muses buckled on,
There one that ruffled in a manly pose
For all his timid heart, there that slow man,
That meditative man, John Synge, and those
Impetuous men, Shawe-Taylor and Hugh Lane,
Found pride established in humility,
A scene well Set and excellent company.

They came like swallows and like swallows went,
And yet a woman's powerful character
Could keep a Swallow to its first intent;
And half a dozen in formation there,
That seemed to whirl upon a compass-point,
Found certainty upon the dreaming air,
The intellectual sweetness of those lines
That cut through time or cross it withershins.

Here, traveller, scholar, poet, take your stand
When all those rooms and passages are gone,
When nettles wave upon a shapeless mound
And saplings root among the broken stone,
And dedicate - eyes bent upon the ground,
Back turned upon the brightness of the sun
And all the sensuality of the shade -
A moment's memory to that laurelled head.

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